Con o sin prohibiciones, la gente seguirá siendo sucia

Por toda la ciudad es común ver este tipo de escenas: montones de basura esperando a ser recogidos por el personal de limpia pública.

Haciendo uso de la imaginación, cualquiera podría pensar que a esas bolsas con basura les salieron piernas y se fueron a tapar las alcantarillas de la vía pública. Las playas se llenan de basura porque disfrutan del clima tan agradable. Los ríos se llenan de botellas que desean un refrescante chapuzón.

¿Quién usó la botella, la bolsa, el producto de plástico? ¿Aparecen por mágicamente en los ríos, playas, calles?

Si prohibimos el plástico, otro material debe sustituirlo y ese material generará el mismo problema de contaminación.

Se ha dicho que los plásticos provocan un problema de contaminación, pero no es el material, es la gente sin educación que tiene flojera de cargar con la envoltura de su golosina, botella, bolsa y sin ningún remordimiento la tiran en la calle.

Mucha gente no separa la basura empezando por lo básico: orgánico e inorgánico. Argumentando que la gente de recolección debe hacerlo, ya que es su trabajo.

Afortunadamente las cosas han cambiado, si no separas la basura, no te la reciben.

¿Las soluciones? Consumo responsable, correcta separación de los residuos, educación ambiental, reciclaje.

La situación es clara, es más fácil prohibir que educar a 130 millones de habitantes en el país.

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